May
19

Gafas por gusto

Aunque al parecer no es algo único de Japón, por lo visto aquí (y en Corea del Sur) es una moda bastante más extendida iq option que en otros lugares. Me refiero a lo que en Japón se conoce como “datemegane” (伊達眼鏡, ダテめがね) o, lo que es lo mismo, llevar gafas por gusto. No se llevan para corregir ningún defecto visual ni para proteger los ojos de la luz. Las lentes de las gafas se sustituyen por unos simples cristales sin graduación, o a veces incluso sólo se lleva la montura sin cristales siquiera.

En realidad, más que por gusto se llevan por estética, ya que unas grandes gafas, a poder ser de pasta oscura, resaltan y hacen que los ojos parezcan más grandes, cosa muy apreciada aquí. Además, dan cierta imagen de inteligente, algo que ha potenciado la industria del anime y sus chicas meganekko (“chicas con gafas”, メガネっ娘).

No es nada nuevo por aquí, pero es iq option login especialmente durante estos últimos meses que al parecer se han puesto de moda y se ven por todas partes: en la calle, en los programas de televisión… incluso hay multitud de tiendas especializadas en este tipo de gafas.

伊達眼鏡

Si pasáis por aquí fijaos y veréis que bastantes chicas (y algunos chicos) con gafas en realidad las llevan sin cristales.

May
17

Nakameguro (中目黒)

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Hace unas semanas estuve por la zona de Nakameguro, una tranquila zona al sur de Shibuya conocida por sus cafés a los lados del río Meguro.

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En las tardes-noches de primavera y verano las tabernas (飲み屋) y los restaurantes de carne a la brasa (焼肉屋) se llenan de gente iq option iniciar sesion que sale a relajarse tras un día de trabajo y aunque se ve bastante gente por la calle, la zona nunca pierde su ambiente de relativa tranquilidad.

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Especialmente recomendable es darse un paseo por la zona durante la floración de los cerezos. Es, de hecho, uno de los lugares más recomendados para ver el sakura en Tokyo.

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Los cerezos que hay a ambos lados del río se unen creando un túnel de flores. En realidad, al tratarse de calles estrechas, las flores de los cerezos lo cubren prácticamente todo.

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En esta ocasión sólo tenía a mano la cámara del iPhone, que es con la que saqué todas las fotos de esta entrada.

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Aunque yo esta vez sólo estuve de día, a ser posible hay que venir al anochecer, que es cuando los farolillos y otras luces colocadas durante esta época iluminan los árboles.

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La zona es fácilmente accesible desde las estaciones de Meguro o Nakameguro, y la zona a recorrer sigue el curso del río más o menos entre estas dos estaciones.

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Abr
7

Sistemas de aviso urgente de terremotos

Durante estas últimas semanas entre algunos de los vídeos que se han podido ver sobre el terremoto que afectó a gran parte del este de Japón había también algunos que mostraban los avisos que se daban a la población sobre la llegada inminente del terremoto.

Debido a que las ondas sísmicas se propagan más lentamente que las electromagnéticas, las estaciones sismológicas más cercanas a la zona del epicentro pueden avisar por teléfono, radio o televisión a la población con cierta antelación, dependiendo de la distancia que haya entre esa gente y el epicentro. Así, aunque a veces da tiempo a salir de la casa o del ascensor, otras tan sólo da tiempo a meterse debajo de una mesa, o incluso a veces uno se encuentra tan cerca del epicentro que no da tiempo a hacer nada.

En el caso del terremoto del 11 de marzo, al producirse en la zona de Tôhoku, el aviso se pudo emitir unos 80 segundos antes de que el terremoto se empezara a sentir en Tokyo, a más de 370 km al sur, lo cual dio tiempo a mucha gente a estar preparada, e incluso a empezar a grabarlo antes incluso de que empezara. Yo mismo pude experimentar esto dos días antes del 11 de marzo cuando hubo otro terremoto en la misma zona y vi el aviso por televisión un minuto antes de empezar a sentirlo, como escribí en mi microblog aquel día.

Existen diversos dispositivos y software para recibir este tipo de avisos: los teléfonos móviles japoneses desde hace un tiempo tienen este sistema integrado y obligatorio. Los smartphones no japoneses no disponen de este servicio, pero existen diversas aplicaciones que lo suplen en cierta medida, la más famosa de las cuales tal vez sea “yure kure kôru” (ゆれくれコール, “la llamada del temblor que llega”), una aplicación gratuita para iPhone que ha sido de las más descargadas estas semanas. Estos sistemas hacen que se oiga (aun teniendo el teléfono en modo vibrador) un fuerte pitido que llama la atención. Estos días era bastante habitual estar dentro un tren, oír como en los teléfonos de mucha gente se oía la alarma de terremoto, y justo después el tren hace una parada de seguridad para prevenir descarrilamientos. Además del pitido llega un mensaje indicando la zona del epicentro y la intensidad calculada, tanto en la zona del foco como en la zona donde uno se encuentra (normalmente se puede configurar para que sólo avise a partir de cierta intensidad).

Hay también aparatos que se colocan en casa y que están conectados a los servicios sismológicos, avisando también con un fuerte pitido que alerta a los que están en casa.

Respecto al software existente para ordenador, los más famosos para el público en general son “The Last 10 Second” (sugerente nombre), de pago, y un programa gratuito llamado SignalNow Express, que avisan de manera similar a la de los móviles. En el siguiente vídeo se puede ver como una persona de Tokyo recibe el aviso por el programa “The Last 10 Second” antes de empezar a sentir los temblores, mediante una cuenta regresiva, tras lo cual se oye: “llegada”.

Puedo decir por experiencia que ser consciente de que en unos segundos te va a sacudir un terremoto pone como mínimo bastante nervioso, aunque es una experiencia en cierto modo curiosa para aquellos que no estén acostumbrados.

Por último, quizás la manera más “clásica” de enterarse de que se acerca un temblor es mediante la televisión. La cadena por excelencia es la cadena pública NHK, la que primero retransmite la información, con el clásico mensaje: “緊急地震速報です。強い揺れに警戒してください(“Esto es un aviso urgente de terremoto. Prepárese para un fuerte temblor”). Justo después indican las zonas que se verán afectadas y recomiendan esconderse bajo una mesa, etc. Aunque es algo relativamente habitual en Japón, estas semanas pasadas los avisos han sido constantes.

El por qué la gente prefiere la cadena NHK frente a otras cadenas para informarse de los terremotos lo podéis ver en el siguiente vídeo donde se ven simultáneamente las retransmisiones de las principales cadenas en el momento del terremoto del 11 de marzo: mientras que la NHK tardó muy pocos segundos en avisar, las demás cadenas lo hicieron más de dos minutos después, cuando el temblor ya se estaba sintiendo en Tokyo, como se puede ver en algunos estudios de televisión que estaban retransmitiendo en ese momento. La pantalla de la NHK es la de arriba a la izquierda:

Por último, dejo un vídeo en el que se ve únicamente la retransmisión de esos momentos de la NHK (con subtítulos en inglés). En ese momento se estaba retransmitiendo una sesión del Parlamento japonés, y pocos segundos después del aviso los que estaban reunidos empiezan a notar los temblores.

Abr
5

El parque de Mitsuike (三ッ池公園)

Comienza por estas latitudes un nuevo año fiscal, y con él muchas otras cosas: los estudiantes recién graduados empiezan a trabajar por primera vez en su nueva empresa, los escolares estrenan curso y hasta los árboles -que no iban a ser menos- estrenan flores.

Como siempre en estas fechas (aunque este año un poco más tarde ya que el frío se ha alargado más de la cuenta) empieza la temporada de hanami, cuando los cerezos que habían estado dormidos durante meses explotan mostrando sus mejores galas y atrayendo la admiración de la gente.

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Esta vez, aprovechando una visita por otros motivos me acerqué a un parque que tenía en mi lista de lugares a ver, el parque Mitsuike, que, como su nombre indica, está formado por varias colinas en torno a tres estanques. 1600 cerezos de 78 tipos son el mayor atractivo de este parque en Kawasaki, a medio camino entre Tokyo y Yokohama.

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Aunque todavía queda por lo menos una semana para ver los cerezos en todo su esplendor ya se puede empezar a ver la mezcla de todas las variantes de flores entre el blanco y el rosa.

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Dentro del mismo parque hay también una zona con un jardín y una casa coreana.

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La manera más fácil de llegar al parque es cogiendo un tren de la línea Keihin-Tôhoku en las estaciones de Ueno, Tokyo o Shinagawa y bajar en Tsurumi, justo después de Kawasaki. Desde la estación de Tsurumi hay que caminar unos 20 o 30 minutos, siguiendo esta dirección.

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Mar
15

Cómo están las cosas por Tokyo a día de hoy (15 de marzo de 2011)

“Japón lucha por evitar una tragedia nuclear”, “Japón teme por una catástrofe nuclear”, “Se detecta un aumento vertiginoso de partículas radioactivas en Tokio” “Francia advierte que las autoridades japonesas no están diciendo la verdad respecto a los niveles de radioactividad”.

Titulares como estos están inundando los medios informativos por todo el mundo. ¿Qué hago, entonces, yo aquí? ¿Por qué no salgo pitando hacia el oeste del país o, mejor aún, hacia España? Voy a intentar explicar un poco cómo está la situación en Tokyo a fin de ofrecer una visión real, de alguien que está viviendo aquí.

En primer lugar decir que no soy ningún experto en física nuclear, aunque tengo algunas nociones y práctica en medicina nuclear. Dicho esto, aclarar que la dosis máxima horaria recibida en una hora en Tokyo en el momento en que la radiación ha sido más alta hoy (entre las 10 y las 11 de la mañana; horas después ya era solo una pequeña fracción de ese nivel) ha llegado a 0,8 μGy/h (o 0,8 μSv/h). Para hacerse una idea, de media, una radiografía de tórax emite unos 50 μGy, con lo que se puede calcular fácilmente que estar unas 62 horas a la intemperie (dentro de una casa la exposición a este tipo de radiación baja muchísimo) suponiendo que el nivel máximo se hubiera mantenido ese tiempo (que no lo hizo ni mucho menos) equivale a… recibir una radiografía de tórax. Si lo comparamos con una tomografía computarizada (TC) de abdomen (1200μGy), habría que estar 62 días seguidos a la intemperie en Tokyo suponiendo siempre que la radiación pico se hubiera mantenido (cosa que, insisto, no hizo). Más ejemplos: un pasajero de un vuelo Tokyo-Nueva York recibe unos 190μGy, lo que equivale a 10 días a la intemperie en Tokyo bajo esa situación. La situación en prefecturas cercanas a la central nuclear de Fukushima no es tampoco tan catastrófica ni mucho menos: haría falta estar bastantes días exponiéndose a ese nivel de radiación para equipararla a la radiación a la que nos exponemos en una simple tomografía.

Los niveles de radiación en Tokyo son fácilmente comprobables a través de muchas y diversas fuentes independientes entre sí. Este enlace, por ejemplo, se actualiza cada hora mostrando los niveles en la capital japonesa:

http://www.tokyo-eiken.go.jp/monitoring/index.html

Aquí un usuario particular comparte vía streaming la medición por un contador Geiger en su casa en Kôtô-ku, un distrito de Tokyo:  (no sé lo que durará el enlace)

http://www.ustream.tv/channel/geiger-counter-tokyo

Hay muchas otras fuentes para ver los niveles de radiación actualizados, pero no es mi intención mostrarlos todos.

Lo que me fastidia de esto es la manipulación amarillista que están haciendo los medios, poniendo nerviosos a los familiares o conocidos de los que vivimos aquí, e incluso a japoneses que consultan medios de información extranjeros y pueden dudar de lo que dicen las autoridades aquí. Que incluso fuentes “serias” como la autoridad nuclear francesa afirme que el gobierno japonés no está diciendo la verdad respecto al estado de los reactores es como para hacer una denuncia formal a Francia. Si realmente ya se hubiera producido la fusión de varios núcleos no se explicaría que los niveles de radioactividad sean menores ahora que en el momento pico de esta mañana.

A los que viven en España tal vez les sorprenda saber qué niveles de radioactividad hay por allí:
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Valores en μGy/h (o μSv/h) Fuente: Consejo de Seguridad Nuclear Español

Vamos, que el nivel de radiación que están recibiendo los españoles en general es bastante más alto que el que se está recibiendo actualmente en Tokyo, a veces más del doble. Y entonces, ¿a qué vienen esas fotos de operativos japoneses con mascaras antigás “descontaminando” a personas que vivían en zonas cercanas a la central? Por seguridad. Por si alguien todavía no lo sabe, si en algo son buenos los japoneses es en prevención: incluso ante nimiedades que en otros países se obviarían aquí se exageran por evitar males mayores: cualquiera que haya estado por aquí habrá visto como se destina a un operario simplemente a avisar de que hay un escalón por unas obras, o una gotera, etc.

Si yo, que como he dicho, no soy ningún entendido en la materia, ¿en qué narices están pensando los medios cuando publican semejantes titulares? De verdad, que no pase nunca nada de esto en España porque viendo este nivel de incompetencia entonces sí que habría que salir corriendo del país.

Para terminar, unas imágenes insólitas hasta hace unos días del centro de Tokyo. Debido a la parada de varias centrales nucleares y a la desviación de energía que se está haciendo hacia las zonas afectadas del norte estos días se está haciendo un esfuerzo por ahorrar energía y evitar cortes de suministro. Un ejemplo vivo de solidaridad. Algunas de las zonas más iluminadas del mundo ahora están medio a oscuras:

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Cuando normalmente está así: (foto tomada de Flickr)

Studio Alta Rendezvous

Shinjuku dôri: (cuando su aspecto habitual es este)

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Nishi Shinjuku, zona conocida por sus tiendas de electrónica: (normalmente así)

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Nishi Shinjuku:

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Shinjuku, salida sur: (normalmente así)

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Southern Terrace:

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Habitualmente se ve así: (foto de Flickr)

view from the south exit of Shinjuku station

Un pachinko, siempre abiertos hasta muy tarde:

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Incluso la estación de Shinjuku, la estación más transitada del mundo, en plena hora punta (19:30 de un martes) no muestra la imagen de caos que quieren dar a entender los medios extranjeros:

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La línea Chuo, eso sí, llena como siempre:

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Mar
13

Cómo he vivido el mayor terremoto en la historia de Japón

Escribo esta entrada un par de días después del terremoto que ha ocurrido frente a la costa noreste de Honshû, del que todo el mundo ya ha oído suficiente y no es mi intención explicar, así que me limitaré a contar cómo lo he vivido estos tres días.

En el momento de la primera (y mayor) sacudida me encontraba volviendo de una excursión en una zona rural al oeste de Tokyo con un amigo japonés. Justo estaba haciendo una foto cuando me da la típica sensación de mareo que siempre da antes de darse uno cuenta de lo que realmente está pasando. Entonces el resto: árboles agitándose, un característico ruido de todo sacudiéndose, crujidos y sensación de que todo (incluyendo las montañas que había alrededor) temblaba. Rápidamente consulté en el teléfono móvil la información sísmica  mientras pensaba que allá donde estuviera el epicentro lo debían estar pasando muy mal. Efectivamente, al ver que se trataba de un grado 7 en la escala japonesa me doy cuenta de que jamás he oído de un sismo de semejante magnitud en Japón (que ya es decir).

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A los pocos minutos del terremoto en los combini ya se habían preparado para que no se les cayeran las botellas

Seguimos caminando hacia la estación de tren que nos debía llevar de vuelta a la zona más urbana y mientras tanto vamos notando las sacudidas de las réplicas, la más fuerte de las cuales nos pilló en la misma estación. La gente no se movía, pero yo tenía claro que estaba más seguro fuera de la estación que bajo techo.

Al poco rato se dice por megafonía que se trataba del mayor terremoto del que se tenía constancia en el país, y que todo el servicio de tren de la zona se encontraba parado hasta nuevo aviso. Tras varias horas esperando y tras saber que no se iba a restablecer el servicio hasta el día siguiente llamamos a unos amigos que vinieron rápidamente a buscarnos en coche (¡gracias!).

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La máquinas muestran que el servicio ferroviario se encuentra parado.

Las principales vías de acceso a Tokyo estaban bastante saturadas como era de esperar al no haber servicio ferroviario, pero finalmente llegamos a nuestras casas esa noche. Mientras, las réplicas no cesaban, algunas suficientemente fuertes como para hacer que me pusiera de pie preparado para salir a la calle en cualquier momento. Esa noche dormí a ratos, ya que los temblores me iban despertando.

A la mañana siguiente empiezo a informarme más en profundidad sobre la situación al norte del país, donde estaban pasándolo realmente mal tras los terremotos en sí, los tsunamis y los incendios. Empiezo a darme cuenta de que muchos medios extranjeros, y especialmente españoles, están basando las noticias en lo que les decían algunos “bloggers” que están viviendo aquí. No sé si eran los propios medios tergiversando la información a base de medias verdades o los mismos informantes que querían atraer la atención, pero a partir del sábado empecé a leer noticias que describían un Tokyo al borde del holocausto: gente abarrotándose en supermercados casi vacíos, amenazantes réplicas que no dejan de sucederse, una población totalmente alarmada por la explosión en la central nuclear de Fukushima, gente que empieza a escapar de la capital por miedo a la contaminación radioactiva, etc. Y mientras yo viendo una realidad totalmente diferente:

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Supermercado el sábado por la tarde: “sin existencias” y “abarrotado” de gente loca por comprar víveres para sobrevivir a la catástrofe.

Lo único que pude ver en los cinco o seis supermercados a los que entré en varias zonas de Tokyo fue que se acabaron ciertos productos, como los fideos instantáneos, la mayoría de marcas de leche y agua y algún otro producto. El resto, más o menos como siempre.

Evidentemente es serio, y mucho, lo que ha pasado. Pero de ahí a que realmente estemos viviendo esa situación descrita por algunos medios hay mucha diferencia. Uno siente las réplicas si está en casa sentado, no así si está caminando. De hecho, la inmensa mayoría de las réplicas se oyen más que sentirse: hay que mirar la lámpara (es el sismógrafo de muchos de nosotros) o las cortinas para cerciorarse de que realmente hay un temblor… os podéis hacer una idea de en qué han consistido esas réplicas. Mientras, amigos japoneses llamándome para ir al centro de Tokyo a cenar, etc., todo dentro de la más absoluta normalidad (o casi). Los desperfectos en Tokyo hay que buscarlos: algún cristal roto y poco más.

Otra cosa son los medios japoneses: en un país normalmente falto de noticias en el que una paliza a un actor de kabuki es la noticia más analizada y comentada del mes es de esperar que la noticia de este desastre sea el único tema del que hablan. De hecho, la mayoría de los principales canales de TV llevan emitiendo ininterrumpidamente noticias desde el viernes día y noche, aún no he visto otro programa en TV que no sean noticias.

Unas imágenes que no estaréis acostumbrados a ver: presentando las noticias con casco.
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En esta última foto dando las noticias además a oscuras debido a los cortes de luz que ha empezado a haber esta tarde en la prefectura de Miyagi. Todo un ejemplo de profesionalidad, ¿no?

En resumen, muy mal los medios de comunicación extranjeros, que se han dedicado a alarmar a la gente (sobre todo a las familias de los que vivimos aquí) y a centrar gran parte de la noticia en Tokyo, donde prácticamente todo ha transcurrido dentro de la normalidad (excepto el paro de trenes, algunos desperfectos y los cortes de luz que se prevén para mañana lunes), quitando protagonismo a quienes realmente lo merecen: las prefecturas de Fukushima, Iwate y Miyagi.

Y a todo esto, he oído que en España se ha dicho que la embajada española ha confirmado que todos los españoles se encuentran bien. Que yo sepa, solo han intentado ponerse en contacto con los españoles residentes en las zonas afectadas, no han llamado a nadie aquí en la capital (tampoco es que lo necesitemos). Lo curioso es que ellos me dijeron que me debía inscribir en el registro de la embajada precisamente para esto, para que me localizaran en caso de terremoto. Bueno sí, y para avisarme de los eventos oficiales que haya en la embajada.

Como último punto a remarcar decir que me he quedado admirado del comportamiento del pueblo japonés ante la catástrofe: están demostrando ser un país preparado y dispuesto a ayudarse entre ellos. Aunque los que leéis este blog sabéis que también me quejo cuando hay cosas que no me gustan de aquí, sin duda lo que ha pasado estos días ha hecho que crezca mi admiración por este país.

Japón ha sabido salir adelante con la cabeza bien alta tras otras catástrofes, estoy seguro de que saldrá también airoso de esta.

Ene
14

De vuelta en Tokyo

Tras pasar tres semanas en Barcelona reencontrándome con la familia y amigos, anoche llegué a Japón después de más de 30 horas y haciendo un par de escalas a fin de que el billete saliera más económico, que está bastante caro por estas fechas.

Salí de Barcelona por la T1, la terminal más nueva del aeropuerto de El Prat. Aunque ya pasé por aquí hace un año y medio, en esta ocasión ya estaba completamente terminada, por lo que pude pasearme por las numerosas tiendas que tiene. Por fin, una terminal a la altura de Barcelona, que ya le hacía falta.

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Costa de Barcelona.

Un par de horas después me hallaba en Fiumicino, el aeropuerto de Roma. Puesto que tenía casi ocho horas por delante antes de coger el siguiente vuelo, y viendo que no hay prácticamente nada que hacer en este viejo aeropuerto, decidí dejar las maletas en un servicio de custodia de equipajes, coger un autobús e irme a visitar Roma por unas horas.

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Hacía más de diez años que no visitaba la ciudad, pero pocas cosas parecen haber cambiado. Como no tenía ni siquiera un triste mapa con el que guiarme, cogí un autobús que me llevó a la zona de la Piazza di Spagna y tras comer una clásica pizza estuve paseando por los alrededores.

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Tras el paseo, de vuelta al aeropuerto y hacia la siguiente parada: Pekín.

Once horas después aterrizábamos en la capital china. Tenía cuatro horas hasta coger el siguiente avión, esta vez ya a Tokyo. Por suerte, el aeropuerto dispone de Wi-Fi, por lo que la espera se hizo más amena. De paso, y aunque nunca he visitado China continental, pude comprobar la política de censura que sigue el gobierno chino en lo que respecta a medios de comunicación.

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El gigantesco A380 en el aeropuerto de Pekín. Si venís a Tokyo desde España con Lufthansa lo haréis en un bicho de estos :)

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La ciudad de Tianjin, al sureste de Pekín.

Tres horas más de vuelo me llevarían de vuelta hasta la recién inaugurada terminal internacional del aeropuerto de Haneda, una maravilla en lo que a practicidad se refiere.

Lo bueno de llegar de noche a Tokyo es que uno se puede ir a dormir nada más llegar, por lo que el jet lag se pasa pronto.

Y una vez de vuelta a casa, a empezar la “rutina” diaria. Toca trabajar, y mucho, que este año promete bastante: tendré que acabar la tesis del máster que estoy haciendo, graduarme y, lo más importante, encontrar un puesto fijo en un trabajo a tiempo completo (正社員) y dejar así el de a tiempo parcial que tengo ahora. Será decisivo para ver si me quedo una larga temporada aquí o no. ¡A ponerse las pilas!

Dic
7

Zenkô-ji y castillo de Matsumoto

La tarde del día que fuimos a Jigokudani Yaen Kôen la dedicamos a visitar el templo Zenkô-ji (善光寺, “templo de la buena luz”), uno de los templos budistas más famosos de Japón. Debido a que llegamos al anochecer el templo ya estaba cerrado y no pudimos verlo por dentro, aunque yo ya estuve aquí hace unos años y pude hacerlo entonces. Se dice que contiene la estatua de Buddha más antigua de Japón, aunque no se muestra al público. La leyenda dice que, en una de las numerosas batallas que tuvieron lugar por estos lares, la estatua acabó en un río cercano, pero fue encontrada por un señor feudal llamado Yoshimitsu Honda, quien la devolvió al templo. Otra de las lecturas de “Yoshimitsu” es “Zenkô”, por lo que el templo adoptó ese nombre en muestra de agradecimiento a Yoshimitsu.

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Hondô (本堂), o sala principal del templo.

Tan interesante como el templo son los alrededores de éste, llenos de otros templos menores, así como numerosas tiendas y restaurantes tradicionales, aunque por desgracia a esas horas las tiendas ya estaban cerradas.

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Tras la visita nos dirigimos hacia Matsumoto, una ciudad a unos 70 km de Nagano. Esa noche nos alojamos en un hostal que por el precio estaba muy bien, y a la mañana siguiente fuimos a visitar el castillo de Matsumoto. Aunque nosotros íbamos en coche, se puede acceder al castillo fácilmente desde la estación de Matsumoto.

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El día amaneció nublado, por lo que las fotos que tomé no son nada del otro mundo. No obstante, el emplazamiento del castillo, en el centro de una llanura rodeada de montañas es bastante bonito.

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El castillo de Matsumoto tiene el apodo de “castillo del cuervo” (烏城) debido a su color negro. Está rodeado por un foso con cisnes y carpas y, junto al castillo de Himeji y al de Kumamoto, es uno de los tres castillos más importantes del país. Es Tesoro Nacional.

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Al contrario que en otros castillos (como el de Osaka) el interior está relativamente bien conservado, por lo que se puede ver la estructura original. Además, en la segunda planta hay una exposición de armamento de la época.

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Aunque desde fuera no se aprecia, tiene una planta extra, destinada a guardar tropas y material adicional en caso de ataque, una planta con la que los atacantes no esperan encontrarse.

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El castillo se eleva hasta los 30 metros, por lo que las vistas desde la última planta (que era ocupada por el Shôgun) son bastante buenas (a pesar de que ese día casi no se vieran las montañas a causa de las nubes).

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El castillo fue subastado a principios de la era Meiji (1872), cuando se puso fin al sistema feudal. Como en el caso de tantos otros castillos durante esa época, el gobierno decidió que no podría hacer frente al gasto que suponía su mantenimiento y lo puso en venta. Por suerte, ciudadanos locales se hicieron con él, por lo que se ha conservado hasta ahora.

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En Matsumoto hay otros lugares de interés además del castillo, como la zona antigua de la ciudad (“Nakamachi”), donde se conservan casas de la época, así como el museo de Ukiyo-e, un tipo de xilografía. Aunque tengo muchas ganas de ver este último, no pudo ser esta vez, pues teníamos que salir hacia las montañas de Kamikôchi, considerado por muchos japoneses el lugar más bonito de Japón.

Nov
19

Jigokudani Yaen Kôen (地獄谷野猿公苑)

Sí, esta entrada va de monos.

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Hace un tiempo comenté que, aprovechando que mi hermano había venido a Japón, estuvimos este verano por los Alpes Japoneses junto a un amigo. Empezamos la ruta saliendo de Tokyo y yendo a la prefectura de Nagano, concretamente al Jigokudani yaen kôen (“parque de monos salvajes del valle del infierno”), un famoso parque donde es posible ver varios centenares de macacos japoneses en libertad.

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Los monos se han establecido en esta zona debido a que hay varias fuentes de aguas termales donde pueden calentarse durante el gélido invierno de Nagano. Como curiosidad, el macaco japonés es el único primate (aparte del hombre, claro) que vive en zonas de nieve. Aunque en Japón no es raro encontrarse monos salvajes en las zonas rurales, si uno quiere verlos aquí se asegura la jugada.

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Jugando con mi hermano.

Nosotros fuimos en verano, por lo que los monos estaban más pendientes de jugar con los visitantes (especialmente los más pequeños) o de pelearse entre ellos que de bañarse.

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Aunque el parque queda un poco lejos de las principales rutas turísticas, si se dispone de un día vale la pena combinar esta visita con la de la ciudad de Nagano, capital de la prefectura homónima. Si se dispone de un día más recomiendo visitar Matsumoto, cosa que también hicimos nosotros.

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Aunque en nuestro caso fuimos en coche, se puede llegar al parque en transporte público desde Tokyo: primero se coge el shinkansen Asama en Tokyo o Ueno hasta la estación de Nagano (una hora y media), después otro tren local hasta la estación de Yudanaka (45min), y de ahí un autobús o un taxi hasta la entrada del parque. Desde la entrada del parque hasta la zona donde están los monos hay un paseo de unos 20 minutos.

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Vale la pena, no sólo por ver a los monos, sino también por el paisaje de montaña que se puede contemplar. Nosotros, tras la visita, nos fuimos a la ciudad de Nagano a pasar la tarde. Otro día hablo de ello.

Nov
12

Bangkok (III): Wat Arun y casa de Jim Thompson

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De vuelta de Ayutthaya, dedicamos la mañana del siguiente día a recorrer otro de los principales templos de Bangkok, el Wat Arun, o Templo del amanecer, cuyo enorme prang (torre) es una de las estampas más características de la ciudad, especialmente al atardecer (a pesar de llamarse Templo del amanecer). Para llegar a él desde la zona de Khao San fuimos en uno de los barcos que recorren el río Chao Phraya por unos pocos céntimos de euro.

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Wat Arun se encuentra justo al lado del río. Tiene el prang principal en el centro rodeado de otros cuatro prang de menos altura. Para acceder a esta torre hay que subir unas escaleras muy empinadas.

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Tras recorrer Wat Arun dejamos a un lado los templos y cogimos un autobús (¡no nos cobraron!) que nos llevó a otra de las paradas obligatorias de la ciudad: la casa de Jim Thompson. Muy cerca del centro comercial MBK, se encuentra en una zona muy agradable rodeada de jardines, algo de agradecer en la caótica y contaminada Bangkok.

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Jim Thompson fue un arquitecto estadounidense que comerció a mediados del siglo XX con tejidos tailandeses y se hizo construir una original casa siguiendo el estilo tradicional tailandés de la zona. Trajo materiales de seis zonas diferentes desmontando casas tradicionales (como no se usaban clavos era relativamente sencillo) y montándolas en su actual ubicación. La residencia es un pequeño complejo de varias casas en una zona ajardinada. Muchos de los materiales tienen más de dos siglos.

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En el interior de las casas principales está prohibido fotografiar, por lo que únicamente tengo fotos de los anexos. Cada rato se hacen guías gratuitas en inglés y otros idiomas por el complejo. En el interior de las estancias hay también numerosos objetos de los siglos XVII y XIX traídos de varios palacios de Bangkok.

Jim Thomson desapareció misteriosamente en 1967 en las montañas de Malasia, y nunca se le encontró.

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La entrada cuesta 100 bahts (unos 2,5€), y abre de 9:00 a 17:00h. Una visita sin duda recomendada.

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